Así se titula un libro que acabo de leer y que me ha encantado: "Apología de un matemático", de G. H. Hardy, un matemático, claro. Habla, sobre todo, de las matemáticas como las conciben los matemáticos, es decir, como una actividad fundamentalmente creativa, de ahí la pasión que despierta en las personas que se dedican a las matemáticas de esta forma.
Es un libro difícil de leer en su mayor parte para vosotros, pero os recomiendo que algún día, en el futuro, lo hagáis, que no echéis este título en saco roto. Hardy era inglés y lo escribió en 1940, durante la Segunda Guerra Mundial, en él se plantea cosas como la relación de la ciencia con la guerra, por ejemplo (algunos de sus amigos científicos colaboraron activamente con el gobierno inglés durante el conflicto, él no quiso). También es un libro que escribió cuando había pasado los 60 años, y en él refleja la amargura de haber perdido ya todo su poder creativo en el campo de las matemáticas, según sus propias palabras, las matemáticas son "más que cualquier otro arte o ciencia, un asunto de jóvenes. Como sencillo ejemplo ilustrativo, se puede decir que la edad media a la que son elegidos los matemáticos que forman parte de la Royal Society es la más baja de todos los miembros". Esto justifica, espero, mis "prisas" por enseñaros todo lo que puedo en clase, no hay tiempo que perder, no me gustaría que algunos de mis alumnos, los que así lo deseen, no pudieran desarrollar su talento matemático cuando "toca" por falta de instrumentos, ¿comprendéis lo que digo?
Por último, quería destacaros unos párrafos que se entienden bien, son fáciles de leer, y que en mi opinión expresan muy bien el goce no solo intelectual, también estético, que las matemáticas pueden proporcionar:
"Un matemático, lo mismo que un pintor o un poeta, es un constructor de modelos. Si éstos son más permanentes que otros es porque están hechos con ideas. (...)
Los modelos de un matemático, al igual que los de un pintor o un poeta, deben ser hermosos; las ideas, como los colores o las palabras, deben ensamblarse de una forma armoniosa. La belleza es la primera señal, pues en el mundo no hay un lugar permanente para las matemáticas feas (...)
Puede ser muy arduo definir la belleza matemática, pero eso mismo sucede con cualquier otro tipo de belleza. Quizá no conozcamos exactamente qué entendemos por un poema hermoso, pero eso no nos impide reconocerlo cuando lo leemos." Y yo añado: lo mismo sucede con un teorema o un razonamiento matemático. Para demostrároslo os pongo uno muy famoso en la siguiente entrada, a ver qué os parece.
"Un matemático que no es también algo de poeta nunca será un matemático completo"
Karl Weierstrass
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