"Un matemático que no es también algo de poeta nunca será un matemático completo"


Karl Weierstrass

sábado, 11 de diciembre de 2010

El número secreto



Os propongo otro juego de los del libro de Jaime García Serrano, a ver si ahora, después de ver la forma de hacerlo, podéis desentrañar el misterio que hay detrás...Se trata de pedirle a un amigo que piense un número para adivinárselo...se trata de un número secreto, el que sea, pero si os interesa mucho alguna información concreta...no sé, como el número de veces que se mira al espejo antes de salir de casa, o el número de veces que ha visto determinada película...no tenéis más que pedirle que piense justamente en ese número (si sois un poco desconfiados, incluso podeis pedirle que lo escriba en un papel)...entonces le pedís que haga las siguientes operaciones:

- réstale 1 al número que has pensado
- lo que sale, multiplícalo por 2
- ahora resta otra vez 1
- a lo que sale, súmale el número que has pensado
- al resultado súmale 3

Ahora le pedís ese resultado y lo dividís por 3...¡y ahí tenéis el número secreto!

Como sólo pedís un número, ahora basta con introducir una incógnita n, sólo una...venga, a ver si lo sacáis...os espero

2 comentarios:

Elvira Atienza dijo...

¡Hola, Ana! ¡Soy Elvira! Me he pasado otra vez a leer tus entradas recientes del blog y por las respuestas que recibes parece que tus alumnos tienen bastante más de filósofos que de matemáticos...jaja
Me he pensado el problema este que planteas y bueno, yo creo que sería así:
n es el número pensado
n-1
2(n-1)=2n-2;
2n-2-1=2n-3;
2n-3+n=3n-3;
3n-3+3=3n;
3n=x, donde x es el número que te dan al realizar todas las operaciones. Sólo tienes que dividir entre tres para saber en qué número habían pensado.

Y pensando sobre este tema, qué miedo da esto de que nos puedan "leer" la mente, ¿no? Yo, a veces, sufro pensando que cualquiera con unos determinados conocimientos (matemáticos en este caso, pero también pueden ser de psicología o informáticos) pueda averiguar cosas que nos empeñamos en ocultar. Es increíble el poder que te da sobre los demás el conocimiento.
Por cierto, interesantísima la entrada de Juan de Mairena. Probablemente aquellos cómicos que están siempre en escena sean aquellos que conocen hasta el último secreto del arte de actuar (o de vivir), mientras que el problema de los "desubicados" sea el miedo a ser pillado por el público en un renuncio, a que el público destape "el truco" del teatro, igual que se descubren los trucos de la magia.
Un abrazo, Ana.

Ana Fernández dijo...

¡Hola Elvira! Qué alegría volver a saber de ti, muchas gracias por darte una vuelta por el blog. El otro día me pasé por el Marqués y estuve hablando un poco con tu padre, me contó cómo os ponía la tele cuando íbais de viaje a Asturias...me sentí menos "mala madre" por ponerle a veces los dibujos a Ángela para poder hacer yo algo...después de todo, yo también vi muchos dibujos y tampoco he quedado tan mal (creo)... Tu respuesta al "problema-truco": ¡perfecta! Veo que a pesar de que has seguido más el camino "de las letras", y que siempre parece que te interesaron más, no has olvidado las matemáticas que intentamos enseñarte, y que me consta que aprendiste tan bien...con tu permiso, me voy a permitir sentir un poco de orgullo...y sí, ya ves que mis alumnos no se han atrevido mucho a hacer este ejercicio de álgebra, que son más filósofos...pero a mí tampoco me importa, me encanta que me cuenten de vez en cuando algo de lo que pasa por su cabeza...y sobre lo de Juan de Mairena, ¿conoces la obra? Está muy bien, ahí sí que hay mucha filosofía, me alegra también de que te haya gustado, y me ha encantado tu interpretación de los "desubicados", es verdad, detrás de los desubicados muchas veces está el miedo...a mí, como a Machado (salvando las distancias, claro) siempre me han interesado mucho esos "intermedios" que parece que no están, o que están pensando en otras cosas (¿en qué estarán pensando?) y que, de repente, cuando algo conecta con sus intereses, se revelan como buenos actores, incluso muy buenos...me gusta pensar que al menos pueda estar entre éstos...y, por supuesto, muy buen final a tu comentario esa relación entre el teatro y los trucos de magia matemáticos o de cualquier otro tipo, me ha hecho recordar algunos relatos tuyos que leí en la revista...la mayoría de las veces son trucos, Elvira, yo no creo que nos puedan averiguar tanto el pensamiento con el conocimiento como se cree, por muchos estudios psicológicos y estadísticos que se hagan...yo creo que el único modo de "leer la mente" de alguien es conocerlo profundamente, y ese conocimiento no se obtiene así...al menos también me gusta pensar eso...Un abrazo también para ti, Elvira.